Es innegable que la NFL, como liga, es de las más importantes y atrayentes del mundo. Los partidos son siempre a estadio lleno, las finales son siempre épicas, y los jugadores son cada vez más profesionales y están mejor preparados.
Pero, como cualquier deporte con gran número de fanáticos, también es muy relevante todo lo que sucede alrededor. Los periodistas polémicos, los libros, el análisis, las predicciones, las apuestas, el merchandising, etc. Todos elementos que hacen que la NFL sea quizás una de las ligas que más ganancias genera en el mundo.
Pero también en el séptimo arte tiene su influencia esta disciplina, con grandes películas que a través de los años se han generado con el fútbol americano como elemento principal. Hoy en este artículo, sin seguir categorías, o razones más que el criterio del autor, vamos a recomendar cinco películas que creemos que va a disfrutar, pero más importante, porque creemos que le parecerán interesantes.
Aquí van nuestras recomendaciones:
Si quiere una llena de estrellas
Cualquier película que cuente con Oliver Stone como director y con Al Pacino como una de sus estrellas debería ser la mejor película de todos los tiempos, o estar ahí cerca.
Quizás al girar en torno al deporte, y ser muy cruda en su relato, “Un Domingo Cualquiera” no está a la altura de “El Padrino” o “Sueños de Libertad”, pero cuenta sin duda con elementos que la hacen una película para recomendar.
Ya hablamos de Stone y Pacino. Pero sumemos a Jamie Foxx, James Woods, Cameron Diaz, Matthew Modine, Dennis Quaid, Ann-Margret, LL Cool J y cómo olvidar la actuación de Lawrence Taylor, quizás uno de los mejores jugadores de la historia de la NFL que hace su salto a la pantalla grande directo desde el verde césped. Agreguemos a eso un guión como los que Oliver Stone puede armar, uno de los discursos deportivos más épicos de la historia del cine (la vida es un juego de pulgadas…) y tenemos sin duda una película que no podemos dejar de ver.
Si quiere una tierna
Es natural en el ser humano. Todos queremos ser ganadores. Todos queremos la gloria y la fama. Pero cuando vemos un equipo pequeño jugar contra uno grande, todos queremos que gane el pequeño. Y creo que nadie sabe bien por qué.
“Pequeños Gigantes” tiene muchos elementos que la podrían transformar en un drama, pero que la hacen una comedia muy divertida y tierna para seguir. Dos hermanos enfrentados. Cada uno entrena un equipo infantil en un pequeño pueblo que tiene un solo lugar para uno en la liga estatal. ¿La solución? Un partido a todo o nada entre ambos equipos. Por el orgullo como se jugaba antes.
¿Quiere más drama? La estrella del equipo ‘débil’ es la sobrina (sí, sobrina) del entrenador del equipo ‘fuerte’. A fuerza de golpes se ha ganado ser la capitana del equipo que dirige su padre e irá el todo por el todo para poder ganar. Me parece que no necesito decirle quien finalmente gana el partido y cuál es el mensaje final de la película, pero no se pierda cómo llegamos a este más que previsible desenlace con destacadas actuaciones de Rick Moranis y Ed O’Neill.
Si quiere una que emociona
‘Rudy, Rudy, Rudy’…Sean Astin ha tenido grandes papeles a lo largo de su carrera. Recientemente ha sido Bob en “Stranger Things”, ha sido Micky en los “Goonies” y coómo olvidar a Samwise Gamgee en el “Señor de los Anillos”. Pero dudo que la gente no piense en Rudy apenas lo ve en la pantalla.
Daniel Ruetiger no tiene tamaño. No tiene habilidad atlética. No es un gran estudiante. Pero tiene un corazón y una actitud que le permiten entrar en el equipo de prueba en una de las universidades más tradicionales cuando se trata de fútbol americano, Notre Dame. Aun con su sueño cumplido de estar en el equipo, él quiere dar un paso más: jugar en el equipo oficial un partido a cancha llena, con su familia en las tribunas.
En una de las escenas más repetidas y admiradas del cine deportivo, vemos como el camino de Rudy termina como debe terminar, con un estadio coreando su nombre. Pero la película nos permite acompañar su sacrificio. Nos permite ver cómo sufre la muerte de su mejor amigo. Cómo pierde a su novia. Cómo debe dormir en cuartos fríos y húmedos porque todos sus ahorros deben ir a pagar esta universidad de la que nunca debería haber sido parte. Lo desafío a no terminar cantando ‘Rudy, Rudy, Rudy’ apenas termina la película.
Si quiere una que duele
Aquellos que tienen un conocimiento de fútbol americano que va más allá de la media, suelen coincidir que la década del 70 fue una década dorada para el deporte. No era más atlético. No era más vistoso. No era más veloz. Era simplemente más violento y descontrolado. Los atletas llevaban sus cuerpos al límite. No había cuidados con el alcohol o el tabaco. La alimentación no era especial. Y las sustancias que mejoran el rendimiento deportivo estaban en plena etapa de experimentación y no había controles.
Hay pocas escenas donde uno puede sentir que el dolor trasciende la pantalla como en la escena de apertura de “North Dallas Forty”, donde Nick Nolte, haciendo el papel de Phil Elliott, muestra el calvario que es el camino al baño desde la cama de un jugador de fútbol americano profesional la mañana después de un partido.
La violencia también se puede ver de primera mano en partidos donde se planean lesiones a los rivales, donde muchos jugadores tienen varios dientes postizos, y donde las inyecciones para entumecer músculos antes de los partidos estaban a la orden del día. Los dedos dislocados y vendados, y los algodones en las narices rotas son quizás las lesiones más sencillas de las que se pueden ver en la película. Pero reitero, si alguien quiere entender porque la gente habla de los gloriosos 70 en la NFL, esta película los refleja de gran manera. Pero se entiende que fueron gloriosos para los que miraban de afuera.
Si quiere una esperanzadora
Dudo que haya habido personas que no hayan soñado con lo que podemos ver en esta última recomendación. El equipo del que uno es fanático toda la vida tiene pruebas abiertas al público. Uno se presenta ingenuamente, pensando en sencillamente pasar un día en el estadio del club de sus amores. Pero termina siendo elegido para ser parte del equipo. Ese equipo que lo tenía a uno como fanático, lo tiene ahora a uno como jugador.
Pocos actores cuentan con tantas cualidades físicas como Mark Wahlberg, a quien el papel de Vince Papale le queda pintado en la película “Invincible“. Papale es un profesor desocupado, que temporalmente consigue trabajo en el bar de un amigo en la convulsionada Filadelfia del sur de los 70. Sus amados Philadelphia Eagles tienen pruebas abiertas para despertar un poco el fanatismo menguante en la ciudad. Y contra todos los pronósticos (y su edad), Vince es seleccionado para unirse al equipo.
Esta es una de esas películas que hacen que uno vaya a su armario, busque su olvidada ropa de deporte, y salga de la casa a hacer algún tipo de actividad física, con ese pensamiento en el inconsciente que nos llama a estar preparados, porque nos podría pasar a nosotros. Nuestro equipo podría necesitarnos.
Luego caemos en la realidad de que no estamos más en los 70, que Mark Wahlberg se despierta a las 4 AM para entrenar, y que la verdad, ver a nuestro equipo por la tele o desde las tribunas, tampoco está tan mal.
Obviamente hay muchísimas más películas de fútbol americano que merecerían estar en la lista, pero creemos que con estas cinco hay suficiente para entretenerse en estas semanas previas al comienzo de la NFL. ¡Déjenos un comentario con su favorita!
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